HISTORIA DE LA MODA
Moda y cine han ido muchas veces cogidas de la mano. Sabemos que el diseño de vestuario es imprescindible en cualquier producción cinematográfica pero es evidente que no en todas las películas tiene el mismo resultado.
Si nos proponemos hacer un repaso rápido por esos grandes momentos que nos ha aportado el cine es inevitable mencionar la fructífera relación que tuvo la actriz Audrey Hepburn con el gran Hubert de Givenchy. Icono de estilo y elegancia innata construyó un lenguaje propio identificado universalmente hasta nuestros días.
Cuando escuchamos “Desayuno con diamantes” automáticamente nos viene a la cabeza la imagen de ella mirando el Escaparate de Tiffany‘s al amanecer vestida con ese inolvidable vestido negro. De igual manera es icónico todo el vestuario de “Sabrina” y “Vacaciones en Roma” que, no sólo marcaron una época del cine, si no también la de una generación.
Mención aparte merece el exquisito vestuario que realizó el polifacético Cecil Beaton para “My fair lady” donde Hepburn lucia verdaderamente majestuosa.
En 1990 el mito de Pigmalión se repitió en “Pretty Woman” donde la diseñadora de vestuario creó unos estilismos mágicos para la bella Julia Roberts en una época tan difícil estéticamente como la pura transición entre los ochenta y los noventa que, a día de hoy, nos siguen enamorando a todos y los que es más difícil; sigue resultándonos actual. De este modo el concepto "atemporal" alcanzó su máxima expresión en el mundodel cine.
Del mismo modo, el guapo Richard Gere ( que también lucia impecable en “Pretty Woman” ) tuvo su momento de gloria en el cine, estéticamente hablando, cuando debutó por la puerta grande en “American gigolo” vestido de Armani. De ese modo la moda de las grandes firmas internacionales entraba en el mundo laboral llenando las oficinas de medio mundo de trajes de chaqueta color tierra y gris piedra. Los años 80 en su versión extra elegante conviertieron a Gere en un mito erótico.
Y ya en su vertiente más extrema, los 80 quedaron perfectamente reflejados en “Working girl” donde Melanie Griffith mostró al mundo que con el pelo cardado y un maquillaje extremo podía comerse el mundo paseándose en zapatillas por Nueva York. De este modo, aquellos años agresivos y dinámicos, se quedaron grabados en la retina de los espectadores para siempre.
Y para terminar os contaré una anécdota que mide el poder del cine sobre la moda o viceversa.
Durante la película “Rebeca“ de Hitchcock, la actriz Joan Fontaine, lucía unas chaquetas de punto mientras peleaba con el fantasma de la viuda que presidía la casa en la que vivía con su marido en la ficción ,Laurence Olivier. La película tuvo tal éxito que en España esa prenda pasó a llamarse así hasta nuestros días; Rebeca.
Un tipo de anécdota que se repite mucho en la historia del cine y que prometo ir contando otras muchas en el futuro.
